Tiempo para la familia

Durante estos días se celebran muchas reuniones familiares. Los componentes de la cada núcleo familiar se suelen juntar para festejar ese vínculo indisoluble que nos une. Este tiempo para la familia tradicional por la Navidad se remonta a esa gran familia de Nazaret. Sin embargo, ni las familias ni las citas navideñas pasan por un buen momento. 

No corren buenos momentos para las familias porque se ha ido disolviendo este vínculo. La sociedad nos invita al individualismo, no se valora y se reconoce la reunión de todos en un determinado día, sino que prima lo individual. Es cierto que las citas generalmente se dan en torno a los abuelos y, una vez que faltan,  es difícil mantener ese vínculo. No obstante, si hay predisposición por parte de todos las reuniones se pueden seguir manteniendo.

Además, el modelo de familia tradicional, tal como aparece en la ilustración, es hoy una utopía. Hay diversidad de formas de famlias que nada tienen que ver con la idea que se tenía hace décadas sobre la familia. No es intención criticar esta realidad, sino añadir una complicación más a la reunión familiar, cuando por rupturas los hijos deben pasar la Navidad con uno de los dos progenitores o incorporarse a otra familia con la nueva pareja de sus padres y todo lo que supone.

Un problema añadido más, si cabe, es la judicializacion en caso de ruptura. Es normal buscar una solución al conflicto, pero ¿se está protegiendo de verdad a la familia? ¿Se está velando por el bienestar de los niños? La situación de la familia hoy en día debe preocuparnos. No por el número de rupturas, ni por el modelo, sino porque se pierde la esencia de lo que entendíamos por familia. Los tiempos cambian, el mundo no para y cabría preguntarse si es el modelo adecuado. Habrá que esperar a ver la evolución de algunas generaciones más para valorar las consecuencias en la sociedad. Sin embargo, este tiempo para la familia no es igual que hace años y su incidencia en la sociedad es notable. El tiempo nos despejará las dudas.