Ser el mejor

Vivimos en un ambiente competitivo. Demasiado competitivo diría yo. Se nos enseña, por ejemplo que, cuando dos equipos llegan a la final de cualquier competición, el segundo es el perdedor. No se valora en absoluto que llegue hasta el final en esa modalidad. También se nos enseña que los puestos de privilegios son mejores. Así valoran como muy bueno un acceso VIP o un reservado en un local porque les hace sentir mejores que el resto.

Perdono pero no olvido

Probablemente el perdón no sea una propuesta rentable hoy en día donde el rencor y el ajuste de cuentas está de moda. Es más, si vamos por ahí perdonando, seguramente seremos un poco tontos y nos tomarán el pelo. Por tanto, con perdonar alguna vez es suficiente y, como dicen por ahí, yo perdono pero no olvido.

Yo siempre digo lo que pienso

Siempre digo las cosas a la cara. Nunca voy por ahí guardándome las cosas. En cuando veo a alguien que le tengo que decir algo, lo lanzo sin más. Esta es la forma de pensar de algunas personas que aseguran ser naturales y espontáneas. Sin embargo, hay que saber decir las cosas.

¿Por qué esta cruz?

No pocas personas se quejan de las dificultades que nos encontramos en la vida. Frecuentemente nos referimos a las vicisitudes de la vida como una pesada carga que hemos de soportar. Es mas, posiblemente hay quienes conciben su vida como una tiempo de sufrimiento sin más. Por eso, consideran que hemos de soportar todo lo que nos venga encima estoicamente.