Sentirse bien
No hay nada mejor que sentirse bien. Pero no cabe duda que sentirse bien es una decisión personal. Cualquiera puede sentirse bien por muchas razones, porque te levantas bien, porque te toca un premio o te sientes afortunado/a. Pero no hay nada mejor que sentirse bien por una sensación o sentimiento interior de bienestar. Porque hay algo que te impulsa, te mueve, te motiva. Esa sensación es maravillosa.
Salir, comenzar nuevos caminos
Vivimos cómodamente. Tenemos el mando de la tele, una buena conexión a internet, tenemos alimento. Así que estamos bien. Nos hemos acostumbrado a la comodidad. Nos gusta la “zona de confort” que dicen ahora. Llevamos ya en nuestro ADN, el estudiar, tener un buen trabajo y vivir bien. Disfrutar de la vida y poco más. Sin embargo, una vida así es monótona, triste aburrida.
Hablar bien de los demás
Hablamos bien de quien admiramos. Bien porque ha resultado interesante conocerlo, porque admiramos su vida o su trayectoria, porque ha resultado evocador su relación o trabajo. También porque resulta alguien inspirador para nuestra vida o profesión. Precisamente, hoy en día algunas personas cuentan con muchos seguidores, especialmente a través de las redes sociales. Quienes siguen a esas personas tratan de conocer su vida, sus aficiones y sus gustos para imitar o seguir sus actividades. Los seguidores de esos “famosos”, además, hablan bien de ellos, de sus canciones de su música, de su ingenio o talento.
El camino más fácil
Durante este encierre, si podemos salir en más ocasiones, mejor. Si, para salir en una ocasión más, nos ponemos el chándal y trotamos para usar la salida de los deportistas, mejor aún. Así, en muchas ocasiones tratamos de beneficiarnos o tomar el camino más sencillo. Si en ocasión de esperar en una cola, para ser atendidos, nos la podemos saltar, mejor que mejor, si encontramos un atajo para despistar a los demás y llegar antes, también nos emociona, e incluso nos llega a gustar. Nos gusta el camino fácil ¿A quién no?